jueves, 8 de abril de 2010

Ejemplo de simulacro

Vivimos en un universo extrañamente parecido al original -las cosas aparecen
replicadas por su propia escenificación -señala Baudrillard. Como Disney World que es
un modelo perfecto de todos los órdenes de simulacros.

Baudrillard; Cultura, simulacro y régimen de mortandad en el Sistema de los objetos.

Baudrillard; Cultura, simulacro y régimen de mortandad en el Sistema de los objetos.
personalidad en sociedad del espectáculo.
La sociedad de consumo supone la programación de lo cotidiano; manipula y
determina la vida individual y social en todos sus intersticios; todo se transforma en
artificio e ilusión al servicio del imaginario capitalista y de los intereses de las clases
dominantes. El imperio de la seducción y de la obsolescencia; el sistema fetichista de la
apariencia y alienación generalizada6.

La identidad prefabricada.

Vivimos en un universo frío, la calidez seductora, la pasión de un mundo
encantado es sustituida por el éxtasis de las imágenes, por la pornografía de la
información, por la frialdad obscena de un mundo desencantado. Ya no por el drama de
la alienación, sino por la hipertrofia de la comunicación que, paradojalmente, acaba con
toda mirada o, como dirá Baudrillard1, con toda imagen2 y, por cierto, con todo
reconocimiento.
«El simulacro no es lo que oculta la verdad.

Es la verdad la que oculta que no hay verdad.


El simulacro es verdadero»

Jean Baudrillard

Hiperrealidad

Jean Baudrillard fue ampliamente reconocido por sus investigaciones en torno al tema de la hiperrealidad, particularmente en una sociedad como la estadounidense. De acuerdo con sus tesis, Estados Unidos ha construido para sí un mundo que es más «real» que Real, cuyos habitantes viven obsesionados con la perfección, evitar el paso del tiempo y la objetivización del ser. Aún más, la autenticidad ha sido reemplazada por la copia (dejando así un sustituto para la realidad), nada es Real, y los involucrados en esta ilusión son incapaces de notarlo.