jueves, 8 de abril de 2010

La identidad prefabricada.

Vivimos en un universo frío, la calidez seductora, la pasión de un mundo
encantado es sustituida por el éxtasis de las imágenes, por la pornografía de la
información, por la frialdad obscena de un mundo desencantado. Ya no por el drama de
la alienación, sino por la hipertrofia de la comunicación que, paradojalmente, acaba con
toda mirada o, como dirá Baudrillard1, con toda imagen2 y, por cierto, con todo
reconocimiento.

1 comentario:

  1. Esto es muy cierto ya que este mundo esta lleno de imagenes programas, que solo buscan el consumismo un ejemplo de esto es la moda kitsch que no es, en absoluto,
    la base sobre la que descansa el progreso, sino más bien la barrera que lo estanca o, al menos, lo lanza en
    la dirección contraria a la de la mejora de las relaciones sociales.

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